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Bitàcola de la Ran

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Darwin y la belleza

Darwin y la belleza

Me tomo la libertad de escibir el mismo fragmento del libro (que más abajo cito) que un compañero del potatospace ha subido a su blog. Me ha parecido realmente asombroso y que daba mucho para pensar. Disfrutadlo conmigo:

En cuanto a la opinión de que los seres orgánicos han sido creados hermosos para deleite del hombre, puedo hacer observar, en primer lugar, que el sentido de belleza es evidente que depende de la naturaleza de la mente, con independencia de toda cualidad real en el objeto admirado, y que la idea de qué es hermoso no es innata o variable. Vemos esto, por ejemplo, en que los hombres de las diversas razas admiran un tipo de belleza por completo diferente en sus mujeres.

Si los objetos bellos hubiesen sido creados únicamente para satisfacción del hombre, seria necesario demostrar que, antes de la aparición del hombre, había menos belleza sobre la tierra que después que aquél entró en la escena.

Las hermosas conchas de los géneros Voluta y Conus de la época eocena y los amonites, tan elegantemente esculpidos, del periodo secundario [mesozoico], ¿fueron creados para que el hombre pudiese admirarlos edades después en su gabinete?

Pocos objetos hay más hermosos, que los pequeños caparazones silíceos de las diatomeas; ¿fueron creadas éstas para que pudiesen ser examinadas y admiradas con los mayores aumentos del microscopio?

[...] si los insectos no se hubiesen desarrollado sobre la tierra nuestras plantas no se habrían cubierto de hermosas flores, y habrían producido solamente pobres flores, como las que vemos en el abeto, roble, nogal y fresno, y en las gramíneas, espinacas, acederas y ortigas, que son fecundados todos por la acción del viento.

Charles Darwin, fragmentos de "Doctrina utilitaria, hasta qué punto es verdadera la belleza, cómo se adquiere", de El origen de las especies.

Curiosa Pandora

Curiosa Pandora

La primera mujer mortal que Zeus entregó a la Tierra fue Pandora. Su nombre significa "todos los dones", los cuales le fueron otorgados como regalo de los dioses. Afrodita le concedió belleza, Atenea le dio sabiduría y habilidad en cualquier terreno, Hermes la palabra fácil y el ingenio rápido, y Hefesto le otorgó la vida con una chispa de fuego. Antes de casarse con Epimeteo, el hombre al que amó, Zeus le entregó a su criatura Pandora, una caja, con la única condición de que no la abriese.

La curiosidad de la mujer iba aumentando con el paso de los días. Una bella caja, una sola norma. Una mañana, aprovechando que su esposo había salido, menospreció la prohibición y abrió la caja. De su interior salieron todos los males de la humanidad, enterrándose en el alma de cada ser humano y mostrándose en cada uno de ellos cuando no lograban contenerlos en su interior.

Sin embargo, en el fondo de la hermosa caja, quedó la esperanza...Lo último que perdió Pandora y lo último que pierde nuestro corazón.

Un día abrieron la caja de Pandora, no sabían lo que ocurriría. Ahora saben que se acerca el fin, sólo su fin, el fin de su tiempo, donde se arrastran a sí mismos y a inocentes llegados y por venir. Ya no pueden enmendar su culpa, sólo queda agarrarse tanto como el desesperado se agarra a un clavo ardiente, sufrir por lo pasado y por lo que ya no sucederá y dejarse llevar por el abismo que nos pisa los talones.

Para el llanto de la Tierra