Darwin y la belleza
Me tomo la libertad de escibir el mismo fragmento del libro (que más abajo cito) que un compañero del potatospace ha subido a su blog. Me ha parecido realmente asombroso y que daba mucho para pensar. Disfrutadlo conmigo:
En cuanto a la opinión de que los seres orgánicos han sido creados hermosos para deleite del hombre, puedo hacer observar, en primer lugar, que el sentido de belleza es evidente que depende de la naturaleza de la mente, con independencia de toda cualidad real en el objeto admirado, y que la idea de qué es hermoso no es innata o variable. Vemos esto, por ejemplo, en que los hombres de las diversas razas admiran un tipo de belleza por completo diferente en sus mujeres.
Si los objetos bellos hubiesen sido creados únicamente para satisfacción del hombre, seria necesario demostrar que, antes de la aparición del hombre, había menos belleza sobre la tierra que después que aquél entró en la escena.
Las hermosas conchas de los géneros Voluta y Conus de la época eocena y los amonites, tan elegantemente esculpidos, del periodo secundario [mesozoico], ¿fueron creados para que el hombre pudiese admirarlos edades después en su gabinete?
Pocos objetos hay más hermosos, que los pequeños caparazones silíceos de las diatomeas; ¿fueron creadas éstas para que pudiesen ser examinadas y admiradas con los mayores aumentos del microscopio?
[...] si los insectos no se hubiesen desarrollado sobre la tierra nuestras plantas no se habrían cubierto de hermosas flores, y habrían producido solamente pobres flores, como las que vemos en el abeto, roble, nogal y fresno, y en las gramíneas, espinacas, acederas y ortigas, que son fecundados todos por la acción del viento.
Charles Darwin, fragmentos de "Doctrina utilitaria, hasta qué punto es verdadera la belleza, cómo se adquiere", de El origen de las especies.